Asociación de Vecinos de San Nicasio, 40 años haciendo barrio.
Cumplir los 40 le sienta de lujo. La asociación de vecinos de San Nicasio cumple cuatro décadas al pie del cañón, haciendo barrio, tejiendo redes, festejando la vida, reivindicando mejoras y acogiendo a creadores de todo tipo. De sus puertas para adentro, hay miles de historias de vecinos de san nicasio, Leganés. Desde aquellos que vinieron con las migraciones masivas desde las zonas rurales hasta los actuales, todos han sido bien acogidos aquí.
Rosario, su presidenta, es de esas que solo tira la toalla para tomar un rato el sol. Que digo yo que algún momento tendrá. Aunque pocos. Es activa, perseverante y de convicciones firmes. No le gustan las medias tintas e impregna de carácter la asociación. Rosario llegó a Leganés con tan solo seis años procedente de Toledo. Sus recuerdos de la infancia oscilan entre la casa familiar de la Plaza del Santo Niño, las tardes interminables jugando en la calle y las expediciones arriesgadas hacia el Campo de Tiro cuando nada estaba urbanizado. A Rosario, en aquella época, le parecía todo un mundo ir hasta la lechería de la calle Río Jarama. Y ni qué decir tiene, que el día que cruzaba las vías junto a su madre para ir al mercadillo en la calle de Las Monjas, ese, era un día para recordar.
Que el barrio no quedara marginado por las vías del tren fue una de las primeras luchas que Rosario recuerda. Activista de corazón y de obras, su vida siempre ha estado ligada a causas que promuevan el bien común. Feminista, ecologista, madre, consiguió potenciar el fútbol femenino en Leganés después de haber visto cómo su hija tenía problemas para jugar con los chicos sólo por su condición de mujer.
En la actualidad, la Asociación de Vecinos de San Nicasio tiene varios frentes abiertos. Luchas que dan sentido al trabajo y al tesón de todos los imprescindibles de la asociación. Aquellos que atienden todas las tardes a los vecinos de 17.00h a 21.00h, los que proveen de asesoría jurídica los martes por la tarde a quienes se acerquen a la Avenida del Mar Mediterraneo nº 14, posterior, los que no fallan cuando se les necesita y asumen que los objetivos de la asociación son objetivos colectivos. Hoy, se reivindica que el ayuntamiento colabore en la mejora y rehabilitación de los edificios e instalación de ascensores, dado que los vecinos no pueden hacer frente a la carga económica que supone hacerlo por su cuenta. También, se pide que la vía verde sea una realidad y se insiste en que los pedales en los contenedores son necesarios. La asociación no se rinde, quiere volver a poner en uso la piscina Solagua . Pero sobre todo la asociación quiere que los vecinos ganen espacios públicos para celebrar y convivir. Tanto las fiestas en el barrio como el pasacalles de Carnaval o las actividades para las fiestas del patrón son un momento de encuentro y de diversión para los vecinos.
Cuarenta años después, hay quien no sabe cómo se llama su vecino. Y a menudo las conversaciones de ascensor resultan incómodas. Cada vez más, vemos a nuestro vecino como un gran desconocido. Quizá, si le conociéramos veríamos que nos preocupan las mismas cosas y que seguramente nos ilusionan algunas comunes. La asociación y sus eventos son la mejor excusa para volver a creer en tu barrio, en la forma de vida que te gusta y en la gente que está a tu alrededor.
Yo, tampoco tiro la toalla con facilidad. Así que cuando vuelva a coincidir con el tipo rancio del tercero en el ascensor, le hablaré de la asociación. Le diré que si le gusta pintar allí se reúne el colectivo de pintura de Leganés todos los días excepto los jueves, pero que si él es más de fotografía que se acerque el viernes por la tarde y que también dan apoyo escolar y hacen ganchillo. Igual así le arranco una sonrisa y le devuelvo las ganas de participar en un proyecto común. Que como dice Rosario, la mejor revolución es la que se da en la vida de cada uno.
¡Feliz 40 aniversario!
